Cuando besé a la novia de mi hermano (tercera parte)

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Parte 2 aquí

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Y así fue como pasaron los días, no nos esforzábamos en ocultarnos o ser discretos en frente de nadie. La verdad es que poco nos importaba que pensaran y la verdad me valía verga mi hermano.

Un buen día de noviembre llego en su carcacha de colores a mi casa, me dijo que haríamos un pequeño viaje. Entre ella y yo apenas juntábamos para alguna caseta y gasolina, aun así agarré mi mochila y me subí a la carcacha de colores.

Llegamos a Michigan en la tarde (Michigan la playa que esta… no me acuerdo donde) tomamos la lancha que nos llevo a la playa. Compramos comida… si se le puede llamar comida a las sopas maruchan.

La verdad, aun con nuestro escaso presupuesto, fueron de los viajes más chingones que he hecho. No necesitábamos mucho, solo un par de cervezas, una hamaca y disfrutar la vida. Ahí en la playa conocimos a mucha gente, la mayoría puro hippie rastudo. Por las noches nos íbamos a una cabaña donde se juntaban muchos de estos para tocar un poco. Algunos bailaban, otros disfrutaban la música. Después de 5 días y de terminar en banca rota, nos regresamos a la ciudad. Bueno, antes de regresar nos pararon un chingo de veces a cateos (estúpida carcacha de colores)

Al regresar, nos fuimos a mi casa. Veníamos cansados y deprimidos de regresar a la rutina citadina. Cuando bajamos del carro e íbamos a la casa, mi hermano se paro frente a nosotros. La verdad no me esperaba eso. Me acuerdo perfecto de su mirada, era una cara mezcla de sorpresa y enojo, también con un toque de decepción… aunque ya habían cortado hace rato, mi hermano seguía diciendo que se había ido por que encontró a otro imbécil. Yo siempre callaba cuando salía el tema de Camila. Pero ahora que nos miraba de frente, supo lo que pasaba, lo que habíamos hecho… Dio unos pasos hacia al frente y alcance a ver como subía su puño, tenia tiempo de bloquear su golpe o al menos de esquivarlo, sabia que lo lanzaba lento para que tuviera oportunidad de quitarme, bueno, quiero creer eso… No lo hice, decidí recibir ese golpe de lleno en la cara, era mi forma de pagar por la mancha que tenia en mi conciencia. Me tumbo el golpe y segundo después mi hermano volteo a ver a Camila, esa acción sucedió en cámara lenta. Mi hermano le dijo “puta” y fue cuando ya no me controle. Podía soportar que se enojara conmigo, vaya, soy su hermano y entre hermanos no se hace eso. Pero que le dijera puta a Camila no lo soportaría. Así fue como me pare y le deje caer mi puño en la cara. Tome a Camila de la mano, tenía mucha rabia dentro de mí y así fue como pude decirle todo a mi hermano, todo lo que pensaba de la forma que trataba a las mujeres. Del poco derecho que tiene de decirle algo así a ella, de lo poca persona que era por actuar así.

No me acuerdo perfectamente de las cosas que le dije, ese recuerdo lo tengo muy nublado. Fue una pelea muy difícil, muy desgastante emocionalmente. Tome mis cosas y nos fuimos a la casa de Camila. Seguía muy alterado al llegar, no sabia si fue bueno decirle todo eso, no sabia como sentirme.

Camila me pidió disculpas, ella no quería propiciar una pelea así entre nosotros. Nunca había visto a Camila así de triste, pensaba que jamás vería ese rostro con alguna lágrima o con la mirada baja. Deje de lamentarme, solo estaba solapándome y olvidando lo que sentía Camila.

Así fue como viví en su casa por un tiempo. Fue un momento muy raro de mi vida. Despertar con música de los 50s entre colores y una paz extraña. Sus papas sabían de la situación y nos apoyaron en cada momento. Como casi nunca estaban en casa, parecíamos una pareja recién casada, era gracioso jugar esos roles a esa edad. Pasamos la navidad juntos, fue una cena muy extraña. Vinieron sus parientes a su casa, Solo faltaba sentarse en el piso, fumar mota y escuchar a Janis Joplin para que fuera una reunión de hippies. Tenía un tío llamado Agustín que había viajado mucho, siempre con historias interesantes; cómo cuando logro escapar de la policía en Egipto o cómo una francesa le propuso matrimonio. Supongo que la mitad de las historias eran verdad, la otra mitad podría ser la imaginación de un gran escritor.

Para año nuevo fue lo mismo pero ahora en la casa de su tío Agustín, esta se encontraba en Oaxaca, no me acuerdo muy bien donde pero no estaba tan lejos de Mazunte.

Decidimos irnos a la playa a fumar hierba, las noches en Mazunte no se necesita luz, ya que es de las zonas donde la noche brilla más que en otros lugares. Nos quedamos acostados en la playa hasta que amaneció.

Paso un tiempo mas, volví a rentar por ahí cerca. Ella seguía haciendo cosas que ninguna persona había visto hacer. Su forma de actuar rompía mi dialogo interno, siempre tan despreocupada y llena de una fuerza que te hacia seguir y sonreír. Todo fue así por un tiempo… Hasta que un día le arrebataron esa felicidad y su sonrisa. Ese capitulo final fue la muerte de una gran parte de mi.

Continuara….