Cuando besé a la novia de mi hermano (segunda parte)

Aquí la primera parte

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Segundos después de que mi hermano tocara la puerta, la abrió... (olvide poner seguro) Camila alcanzo a cubrir su cara con la cobija y yo solo alcance a ponerme pálido de la situación.

Mi hermano tenia un semblante serio, y un poco disgustado me dijo “Sabes que esta prohibido que metas mujeres a la casa” Al acabar de decir esto, estallo en risas y repitió lo mismo de siempre “Pensé que eras gay, JAJAJAJA” (por que nunca me conocieron alguna novia) después de mofarse me informo que venia acompañado y que no dejara pasar a nadie a la casa. Comprendí que ese “nadie” era mas por Camila.

Al cerrar la puerta me quede sentado en mi cama, estaba en una especie de shock. No podía hablar, no podía pensar. Me encontraba en una situación de infinita alegría e infinito arrepentimiento. ¿Como es que pude traicionar a mi hermano así? Se que el se lo merecía, era un patán con las mujeres. Siempre le dije que algún día le iban a jugar las mismas cartas, mas nunca pensé ser yo el que estaría en esa partida.

Cuando reaccione dirigí mi mirada a Camila. Se encontraba recostada en la cama fumando un cigarro, tan natural, tan perfecta. La poca luz de la oscuridad iluminaba su silueta ¿En verdad alguien puede verse en todo momento tan bien?. Cuando volteó a verme sonrió y susurro “¿Sabes que te amo verdad? ya no venia por tu hermano.” Esas palabras tampoco las esperaba. ¿En que momento se enamoro de mi? Será un misterio, pero supongo que fue en el mismo momento que lo hice yo.

Al día siguiente fue por mi a la escuela, con su impermeable de colores y su libro acuático (un libro para bebes que se sumergen en agua y se hacen mas grandes) algunos la veían con cara de “pinche loca” y es que en verdad estaba un poco loca. ¿Quien en su sano juicio se queda en una banqueta mientras cae una tormenta y “ojea” un libro acuático para bebes? Y más con un impermeable de colores y cabellos de los mismos tonos. Era como ver una estatua de colores en medio de un campo de guerra. Contradictorio.

Al ver que salía me sonrío, fue inevitable responder esa sonrisa. Pensé que no se hiciera costumbre el vernos siempre bajo la lluvia. No me desagradaba pero no me gustaba estar empapado por al vida.

Esta vez no agarramos la ruta a mi casa, tomamos una diferente. Íbamos a su casa. Jamás había estado en su casa, sabia más o menos por donde vivía ya que no estaba tan lejos de la casa. Me intrigaba saber donde carajo vivía.

Al llegar no me sorprendió ver un carro viejo pintado de colores y un jardín un poco descuidado, lleno de figuras que parecían “esculturas”.

Sus padres se encontraban en casa y por fin pude saber de donde provenía su extravagancia. Sus papas eran más hippies que los míos. Su madre era artista plástica amante de la música de los 50. Su papa era escritor y más de la mitad de la casa estaba llena de libros. Solo en eso se parecía a mi antiguo hogar.

Después de la corta presentación nos fuimos a su recamara, otra vez no me sorprendió ver su recamara. Repleta de muñecos diminutos y muy, muy raros. Las paredes pintadas a pincelazos y listones colgando del techo.

Después de cambiarse de ropa por algo mas seco, nos acostamos a escuchar a los Beatles por un largo rato. Después de unas horas saco una cajita rara debajo de su cama y me dijo ¿Quieres? El olor era inconfundible, era un poco de hierba. Todavía era inocente y jamás había fumado hierba, no me espantaba pero jamás lo había hecho y en ese momento fue cuando dije “¿por que demonios no?”

Me acuerdo muy bien de esa primera vez, nos orinábamos de risa por cualquier cosa. Veía a sus diminutas figuras moverse por la recamara y los listones serpentear por el techo. En otra situación me hubiera cagado de miedo, pero en ese espacio fue como entrar a otra realidad. Una realidad sin tanta importancia y mas sencilla. De fondo se escuchaba Tomorrow never knows y fue con esa canción cuando volvimos a empezar a besarnos apasionadamente. Si alguien lee esto y sabe lo que es tener relaciones en estados de conciencia alterados podrá comprender estas líneas. Fue una de las pocas sensaciones tan explosivas que he sentido, y no tan solo a nivel corporal. El juego de colores, sonidos, sensaciones y sentimientos se mezclaron en una gran explosión de euforia, euforia infinita. El mundo se concentro en ese pequeño cuarto de colores. Afuera de el no había nada. No existía vida ni conciencia fuera de el.

Tan Tan, continuará.